golden love

Cumplía años mi amiga María Cecilia y decidimos que sus 23 eran dignos de ser festejados en el Golden.  La noche empezó temprano en su casa tomando mucho, para las 22hs (horario en el que hicimos  nuestra entrada triunfal al lugar) ya estábamos en un estado detonante. Bailamos hasta cansarnos. Hicimos varios papelones pero bien, nada que diera vergüenza ajena. Tipo 5 de la mañana del 12 de agosto del 2007 una de las amigas de María Cecilia se pone a hablar con un grupo de flacos y yo ya en un estado catatónico (insisto siempre bien) veo a uno con una gorrita, violenta le pego un tincazo y se la vuelo… esa fue mi carta de presentación con quien sería un quiebre en mi vida.

Nos ponemos a hablar y me contó que se llamaba Pablo, tenía 25 años y desde hacia poquito una agencia de publicidad con 3 amigos en Sinclair y Demaría, vivía en Flores pero con ganas de mudarse y que en la puerta de su casa paraba el 132… le conté de mi “soy Fulana, no me gusta que me llamen por ni nombre entero asique decime Fulanita, tengo 22, trabajo en un estudio jurídico, dejé periodismo el mes pasado y vivo sola en Barrio Norte…el 132 te deja cerca” se sorprendió cuando le dije que vivía sola y cuando escuchó mi nombre, su 2do nombre era igual que el mío pero en masculino…esas coincidencias que estando borracho la tomas como una señal del destino…

Fue un flechazo mutuo, de esos zarpados que a los 10 minutos de estar decís “siento que te conozco de toda la vida”…20 minutos después  “te juro que ya te quiero”  media hora después “que cagada que corte con mi novia de 5 años hace una semana” CHAN… (dato no menor pero en esta historia no tiene importancia).

Lo agendé como Pabli Corazón De Melón y el a mí como Fulanita Corazón De Melón … hablamos todo el domingo, me llamó esa misma noche y quedamos en que comeríamos el lunes.

Me acuerdo que justo para esa fecha estaban de visita mis tios que vivian en Madrid, asique ese dia comí con mi mamá y mi tia, mamá me regaló unas velitas y el departamento estaba impecable…

9 de la noche sonó el timbre, me puse perfume y baje a abrirle. Era perfecto por donde lo mirara. Tenía un jean, una remera marrón, zapatillas marrones y la misma gorrita que le había volado en la madrugada del domingo… un poquito de 212 (perfume que odio con todo mi ser pero mágicamente en él quedaba distinto)… Lo saludé con un beso en el cachete. Nos subimos al ascensor y me dio uno de los 2 besos más lindos de todo el tiempo que estuvimos juntos (el inolvidable fue el último). Hasta acá todo normal, beso en el cachete, chape en el ascensor, comida china juntos (no le gustan los brotes de soja, pidió arroz) nada del otro mundo…el quiebre lo hizo después de comer.  Hablábamos y no sé, yo estaba como si nos conociéramos de toda la vida… él en un momento me abraza y SE PONE A LLORAR… o sea, si yo no puedo lidiar con mis llantos menos puedo con los de un hombre que conozco hace 1 día y medio. Se ve que tengo un bloqueo con esa situación y no tengo registros de mi reacción ante sus lagrimas porque según él “nos conocimos justo una semana después que  corté con mi novia bah mi ex” …puede ser que me haya reído, puede ser que me haya largado a llorar en stereo, puede ser que le haya dicho “man no mariconees please” puede que le haya preguntado cómo se llama y haya dicho “todas las Agustinas son putas y jodidas”…pueden ser tantas cosas… lo que sé es que nos dormimos abrazados (vestidos eh, no paso nada), me desperté a la mañana y él me estaba mirando haciéndome mimitos en la cabeza… ahí temí por mi vida y dije…”habré babeado a la almohada o a su brazo?…ronqué?”   …Me abrazó de vuelta y supe que me estaba enamorando (sí, tengo otros tiempos…)

Moraleja, se puede encontrar al amor en el lugar menos pensado… en mi caso, un strip-club.

Gracias Golden!